Un hat trick de Nau y un solidario juego de equipo llevan al Padre Anchieta a la final de copa frente al Arafo

ADFC Padre Anchieta | Santa Cruz de Tenerife

El cadete Padre Anchieta se planta en la final de copa tras un brillante partido en el que supo afrontar la desventaja de 1 a 2 con la que llegaba al campo del Chincanayro en la vuelta de la semifinal copera.

Los pupilos del Anchieta salieron al campo con el convencimiento de que tenían que marcar dos goles y encerraron al equipo local en su campo que tardó casi 16 minutos en disparar a la portería de Iron. La primera oportunidad llegó cuando aún no se habían cumplido los dos minutos de juego, Alberto centró, el balón dio en el palo, remató Nano, dio en el larguero y posteriormente el balón se estrelló en el propio portero.

Esta oportunidad era el presagio de que lo que sucedería después: los chicos del Anchieta continuaron  asediando al portero rival, y en esta fase de dominio un pase en profundidad sobre Nau acabó con un colocado disparo del jugador del Anchieta que se alojó en la red del Chincanayro, gol que supuso un justo premio para el dominio de los jugadores violetas y un tremendo aldabonazo a la moral con la que arrancaron el partido.

El Anchieta continuó bien colocado sobre el campo y haciendo gala de un juego colectivo y solidario en el que todos arrimaron el hombro cuando los compañeros de las distintas demarcaciones lo necesitaban. Un sólido centro del campo y el empuje atacante impedía al Chincanayro acercarse al área del Anchieta. Quien sí lo hizo al revés fue el Anchieta en el minuto 13 cuando Alberto está a punto de llegar a un balón en profundidad.

Hubo que esperar hasta el 16 para que el Chincanayro dispusiera de la primera oportunidad, tras una falta en el borde del área que acabó en las manos de Iron. Unos minutos después fue Nano quien tiró una falta escorada en el borde del área, pero su disparo salió ligeramente alto. Pero los jugadores del Anchieta continuaban dominando y en el minuto 25, Nau llevaba nuevamente el peligro en sus botas, se interna por banda, llega casi hasta la línea de córner, pero el defensa local lo derriba y el árbitro señala falta, que tira Hugo y coloca en el segundo palo de la portería rival, Airam salta y deja pasar, y el balón se cuela entre los tres palos en lo que suponía el segundo gol y haber revertido la eliminatoria.

Con la eliminatoria ya a favor, el Anchieta siguió atacando y, tres minutos después, un balón rebotado llega al campo del Anchieta y tras una falta de entendimiento entre Iron y Manolo, el delantero del Chincanayro se hace con el balón , centra y tras un rechace, dispara el Chincanayro y el balón se aloja en la red de Iron.

Inicialmente, los jugadores del Anchieta parecieron desmoralizarse y el Chincanayro comenzó a sacudirse de encima el dominio visitante, hasta el punto de que en el minuto 32 Airam despejó providencialmente a córner un balón que se paseaba peligrosamente por delante de Iron en medio de una maraña de jugadores de uno y otro equipo, jugada que evidenciaba una vez más la solvencia y solidaridad colectiva del equipo lagunero. Tres minutos después, otra internada del Chincanayro acabó en tarjeta amarilla para Manolo que  detuvo al delantero local con un ligero agarrón.

Poco a poco el Anchieta vuelve a hacerse con las riendas del juego y casi al borde del descanso, Airam se interna por la banda y casi en la línea de fondo, el último defensa le propina un codazo en la cara que acabó con Airam en el suelo, con una brecha en la cara, pero con tarjeta al intentar zafarse con un empujón de la agresividad del defensa.

La segunda parte comenzó con el mismo empuje que la primera y con una oportunidad en el minuto 44 con un disparo de Hugo después de un saque de córner, pero su tiro salió alto. Apenas un minuto después fue Alberto quien en una jugada personal después de zafarse de varios jugadores se plantó ante la portería, disparó, rechazó el portero, pero se hizo con el rechace, se dio la vuelta, volvió a tirar pero el balón se estrelló en el larguero.

El tercer gol parecía resistirse, pero apenas dos minutos después, en el 47, Manolo sacó una falta en el centro del campo, el balón llegó a Nau  quien lanzó un certero tiro ante el que nada pudo hacer el portero local.  Este tanto suponía una tranquilidad para el Padre Anchieta, que siguió bien colocado y serio, sobre todo  en los momentos siguientes,  en los que el cuadro santacrucero trataba de descomponer la serenidad de los jugadores laguneros. Por ello, tras varios lances en los que se evidenciaron algunos roces, el entrenador del Anchieta realizó el primer cambio estratégico para proteger la defensa: retrasó a Nano y cambió a Manolo, que tenía tarjeta amarilla, por Ayoze, quien a pesar de jugar en una posición adelantada colaboró en el trabajo defensivo con determinación y solidaridad.

En el minuto 52 fue Ramsés el que disparó y salió fuera, en el 61 Nano sacó una falta y el portero desvió a córner, dos minutos después, en el 63, Alberto tuvo otra oportunidad solo ante el portero pero prefirió generosamente dejar el balón a Airam, que parecía en mejor posición, pero el defensa local se adelantó y desbarató la ocasión. Cinco minutos después fue el propio Airam el que volvió a tener en sus botas otra oportunidad.

Los minutos siguientes fueron de mayor dominio del Chincanayro, que estaba obligado a marcar dos goles, y en poco tiempo el equipo santacrucero tuvo varias ocasiones: en el 70 envió el balón fuera por muy poco, en el 72 fue Iron quien tuvo que emplear afondo para desbaratar la ocasión rival. Pero el Padre Anchieta fue un ejemplo de trabajo en equipo y así se empleaban a fondo Cristian, Nano, Bryan  o Ramsés en la línea defensiva; pero la línea medular no se quedaba detrás: Hugo cortaba de cabeza o como podía todo lo que pasaba por sus inmediaciones, David se multiplicaba como mediocentro y aparecía donde había que ahuyentar el peligro.  Este trabajo obligaba al Chincanayro a tirar desde cualquier sitio sin poder elaborar jugadas de peligro y, aunque el equipo santacrucero dominaba ahora, sus disparos a puerta no suponían riesgo para la meta de Iron.

Y en con este desarrollo, El Anchieta dio entrada a Alonso por Airam, que se había desgastado a destajo en todos los momentos del encuentro, continuó serio y bien plantado en el campo, tal y como había sucedido desde el comienzo,  y cuando apenas faltaba un minuto para el final del partido llegó la tranquilidad del cuarto gol, de nuevo en las botas de Nau después de un magnífico pase de Alberto, un hat trick para el jugador lagunero que lleva a su equipo a la final con el Arafo.
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En definitiva, una clara victoria para el equipo lagunero que salía al campo con una desventaja doble: el marcador y el campo adverso, pero convencido de que podría pasar la eliminatoria. Es obvio que, además de su calidad como equipo sin la cual no habría llegado hasta aquí, la disertación de sus técnicos en la jornada previa cumplió el objetivo. La tranquilidad, el ánimo y el equilibrio entre el deseo de triunfo y el respeto - por encima de todo- son los mejores aliados para la formación, el trabajo y el éxito de un grupo de adolescentes de 15 años.