Historia del Club
La Asociación Deportiva Fútbol Club Padre Anchieta, perteneciente al Municipio de San Cristóbal de La Laguna, sito en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, fue fundada el 16 de junio de 1994 y legalizada en el Gobierno de Canarias el 22 de diciembre del mismo año, con el Código de Identificación Fiscal G-3838684, e inscrita en la Federación Tinerfeña de Fútbol con el número federativo 1.221 con la misma fecha. Los colores registrados en la Federación Tinerfeña de Fútbol son: primer equipaje, camisa azul y negra a rayas verticales, pantalón y medias negras. Siendo su segundo equipaje camisa blanca con raya horizontal azul y negra, pantalón y medias negras.
Participó en competición oficial por primera vez, en la temporada 1994/1995 en las categorías Benjamín y Alevín, incorporándose posteriormente un Infantil en la temporada 1995/1996, un Cadete en la temporada 1996/1997, un Juvenil en la temporada 1997/1998, un Regional en la temporada 1999/2000 y un equipo Pre-benjamín en la temporada 2001/2002.
Padre José de Anchieta, Misionero, Místico y Poeta
Misionero y místico, poeta con notable sentido práctico, apasionado por el Señor y por los pobres, cercano a los hombres y a la naturaleza, culto y sencillo, enfermo con enorme capacidad de resistencia, fecundo a pesar de la carencia absoluta de recursos, EL BRILLO DE SU FIGURA SIMPÁTICA NO OFUSCA, SINO ATRAE...
(Rev. Padre Peter-Hans Kolvenbach, S.J.)
Transmitir buenos valores a nuestros hijos ha sido seguramente motivo para que actividades como la del deporte y en nuestro caso el fútbol, nos haya inclinado a elegir para ellos pertenecer a un club como el ADFC PADRE ANCHIETA. Como idea para estimular valores en los chicos y por qué no reforzar los nuestros de mayores, hemos creído interesante condensar en este texto aspectos de la biografía y obra de quien toma su nombre nuestro club: el Padre José de Anchieta, porque su vida presenta aspectos muy provechosos que desde una perspectiva laica queremos ofrecer aquí como pequeño añadido a nuestro conocimiento.
José de Anchieta nació en La Laguna el 19 de marzo de 1534. Su partida de bautismo, el 7 de abril de 1534, se conserva en la Parroquia de Santo Domingo. Con doce años ya su padre, escribano de la ciudad, le encargaba el papel de testigo notarial firmando con una caligrafía perfecta.
Sólo con 14 años de edad fue enviado a estudiar Filosofía a la Universidad portuguesa de Coímbra. Doña Mencía, su madre, quedó en La Laguna con sus hermanos pequeños. Durante los tres años en que estudió Filosofía se fijó en la conducta ejemplar que tenían los nuevos estudiantes de la Compañía de Jesús así que cuando acabó la carrera ingresó en el noviciado de los Jesuitas.
El joven José de Anchieta comenzó a trabajar por los fines de la Orden Jesuíta: “la salvación y perfección de los prójimos”. Aquello en lo que aún hoy jesuitas y laicos siguen trabajando: en la acción social, la educación, el ámbito intelectual, etc.
Catorce años en La Laguna, cinco en Coímbra y a los 19 años de edad, fue enviado a la Misión del Brasil con la tercera expedición de jesuitas, que salió de Lisboa el 8 de mayo de 1553. Cuarenta y cuatro años más de su vida en la inmensa costa de Brasil, a donde llegó enfermo: una tuberculosis osteo-articular deformó su cuerpo generando la imagen de pobre condición física que nos transmite su famosa estatua.
Al llegar a Bahía entendió que era necesario escribir la Gramática tupí-guarani, la lengua común de la costa brasileña. Animado por su superior el Provincial Juan de Azpilicueta, escribe a mano en latín la primera gramática tupí- guaraní. Después la traduciría al portugués.
Pero la misión Jesuita en Brasil tenía grandes cometidos como eliminar las luchas entre tribus que permitiese, además evitar el nomadismo de los indígenas, conseguir establecer aldeas donde instruirles y educarles. A algunos colonos no les importaba que los indígenas se desangrasen en guerras tribales y fueron los Jesuitas quienes forzaron a los monarcas portugueses a promulgar leyes que defendiesen la libertad y el autogobierno de los indígenas.
La trayectoria e informes de José de Anchieta hicieron al nuevo General de la Orden Jesuita nombrarle Provincial al frente de la Misión de todo el Brasil.En lo primero que se ocupó José de Anchieta tras ser nombrado Provincial fue en consolidar las aldeas y fundar otras nuevas como la Retiriba donde murió.
José de Anchieta ejerció de cirujano, recuperando a enfermos de heridas mortales por las infecciones, desarrollando un amplio conocimiento que tenía de las plantas medicinales. Hacía alpargatas para sus hermanos jesuitas y enseñó a los indios el oficio. Pensó el diseño del camino que uniría San Vicente y Sao Paulo como si de un ingeniero de la época se tratase, en su voluntad de unir aldeas.
La norma de gobierno en las comunidades religiosas solía ser “fortiter et suaviter” (con fortaleza y suavidad). En el Brasil, por sus especiales circunstancias, el Padre José cambió sencillamente el orden de los adverbios latinos: “suaviter et fortiter”. Primero la suavidad, la dulzura. En último término y, excepcionalmente, la firmeza.
Su último Provincial y primer biógrafo, Padre Pedro Rodríguez nos transmite una anécdota suya:
Preguntó el Padre José, siendo ya Provincial, a un Padre que era Ministro en un Colegio de esta Provincia, por qué se había portado áspero con un súbdito... Respondió: -El que me dio el cargo de Ministro me aconsejó que no dejase pasar ocasión de ejercitar a los súbditos en la paciencia... A lo que el Padre José contestó: -Pues in nomine Domini (en el nombre del Señor) yo os despojo ahora de ese hábito de rigor y os visto de este otro de mansedumbre, con que nunca deis ocasión de impaciencia a ningún súbdito, sino de todo amor y afabilidad.
El Padre Ministro -sigue diciendo Rodríguez- prometió cumplirlo, y así lo hizo, y lo hace hoy en día, y cuenta esto que pasó con el Padre José. Fue el Padre Alfonso Gonzálvez.
Mansedumbre es la virtud que modera la ira y sus efectos desordenados.Haremos nuestra la norma que cambió José de Anchieta para aplicar suavidad primero y dureza después.
A modo de introducción al trabajo que desarrollaremos esta temporada y con ánimo de que la lectura y divulgación de este texto se refleje en el crecimiento personal de nuestros jugadores a través del trabajo diario de padres y dirigentes del club, les hemos ofrecido estas líneas. En nombre de la junta directiva y de los integrantes del club: ¡BIENVENIDOS A ADFC PADRE ANCHIETA!
Mansedumbre es la virtud que modera la ira y sus efectos desordenados.
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Biografía
Participó en competición oficial por primera vez, en la temporada 1994/1995 en las categorías Benjamín y Alevín, incorporándose posteriormente un Infantil en la temporada 1995/1996, un Cadete en la temporada 1996/1997, un Juvenil en la temporada 1997/1998, un Regional en la temporada 1999/2000 y un equipo Pre-benjamín en la temporada 2001/2002.
Padre José de Anchieta, Misionero, Místico y Poeta
Misionero y místico, poeta con notable sentido práctico, apasionado por el Señor y por los pobres, cercano a los hombres y a la naturaleza, culto y sencillo, enfermo con enorme capacidad de resistencia, fecundo a pesar de la carencia absoluta de recursos, EL BRILLO DE SU FIGURA SIMPÁTICA NO OFUSCA, SINO ATRAE...
(Rev. Padre Peter-Hans Kolvenbach, S.J.)
Transmitir buenos valores a nuestros hijos ha sido seguramente motivo para que actividades como la del deporte y en nuestro caso el fútbol, nos haya inclinado a elegir para ellos pertenecer a un club como el ADFC PADRE ANCHIETA. Como idea para estimular valores en los chicos y por qué no reforzar los nuestros de mayores, hemos creído interesante condensar en este texto aspectos de la biografía y obra de quien toma su nombre nuestro club: el Padre José de Anchieta, porque su vida presenta aspectos muy provechosos que desde una perspectiva laica queremos ofrecer aquí como pequeño añadido a nuestro conocimiento.
José de Anchieta nació en La Laguna el 19 de marzo de 1534. Su partida de bautismo, el 7 de abril de 1534, se conserva en la Parroquia de Santo Domingo. Con doce años ya su padre, escribano de la ciudad, le encargaba el papel de testigo notarial firmando con una caligrafía perfecta.
Sólo con 14 años de edad fue enviado a estudiar Filosofía a la Universidad portuguesa de Coímbra. Doña Mencía, su madre, quedó en La Laguna con sus hermanos pequeños. Durante los tres años en que estudió Filosofía se fijó en la conducta ejemplar que tenían los nuevos estudiantes de la Compañía de Jesús así que cuando acabó la carrera ingresó en el noviciado de los Jesuitas.
El joven José de Anchieta comenzó a trabajar por los fines de la Orden Jesuíta: “la salvación y perfección de los prójimos”. Aquello en lo que aún hoy jesuitas y laicos siguen trabajando: en la acción social, la educación, el ámbito intelectual, etc.
Catorce años en La Laguna, cinco en Coímbra y a los 19 años de edad, fue enviado a la Misión del Brasil con la tercera expedición de jesuitas, que salió de Lisboa el 8 de mayo de 1553. Cuarenta y cuatro años más de su vida en la inmensa costa de Brasil, a donde llegó enfermo: una tuberculosis osteo-articular deformó su cuerpo generando la imagen de pobre condición física que nos transmite su famosa estatua.
Al llegar a Bahía entendió que era necesario escribir la Gramática tupí-guarani, la lengua común de la costa brasileña. Animado por su superior el Provincial Juan de Azpilicueta, escribe a mano en latín la primera gramática tupí- guaraní. Después la traduciría al portugués.
Pero la misión Jesuita en Brasil tenía grandes cometidos como eliminar las luchas entre tribus que permitiese, además evitar el nomadismo de los indígenas, conseguir establecer aldeas donde instruirles y educarles. A algunos colonos no les importaba que los indígenas se desangrasen en guerras tribales y fueron los Jesuitas quienes forzaron a los monarcas portugueses a promulgar leyes que defendiesen la libertad y el autogobierno de los indígenas.
La trayectoria e informes de José de Anchieta hicieron al nuevo General de la Orden Jesuita nombrarle Provincial al frente de la Misión de todo el Brasil.En lo primero que se ocupó José de Anchieta tras ser nombrado Provincial fue en consolidar las aldeas y fundar otras nuevas como la Retiriba donde murió.
José de Anchieta ejerció de cirujano, recuperando a enfermos de heridas mortales por las infecciones, desarrollando un amplio conocimiento que tenía de las plantas medicinales. Hacía alpargatas para sus hermanos jesuitas y enseñó a los indios el oficio. Pensó el diseño del camino que uniría San Vicente y Sao Paulo como si de un ingeniero de la época se tratase, en su voluntad de unir aldeas.
La norma de gobierno en las comunidades religiosas solía ser “fortiter et suaviter” (con fortaleza y suavidad). En el Brasil, por sus especiales circunstancias, el Padre José cambió sencillamente el orden de los adverbios latinos: “suaviter et fortiter”. Primero la suavidad, la dulzura. En último término y, excepcionalmente, la firmeza.
Su último Provincial y primer biógrafo, Padre Pedro Rodríguez nos transmite una anécdota suya:
Preguntó el Padre José, siendo ya Provincial, a un Padre que era Ministro en un Colegio de esta Provincia, por qué se había portado áspero con un súbdito... Respondió: -El que me dio el cargo de Ministro me aconsejó que no dejase pasar ocasión de ejercitar a los súbditos en la paciencia... A lo que el Padre José contestó: -Pues in nomine Domini (en el nombre del Señor) yo os despojo ahora de ese hábito de rigor y os visto de este otro de mansedumbre, con que nunca deis ocasión de impaciencia a ningún súbdito, sino de todo amor y afabilidad.
El Padre Ministro -sigue diciendo Rodríguez- prometió cumplirlo, y así lo hizo, y lo hace hoy en día, y cuenta esto que pasó con el Padre José. Fue el Padre Alfonso Gonzálvez.
Mansedumbre es la virtud que modera la ira y sus efectos desordenados.Haremos nuestra la norma que cambió José de Anchieta para aplicar suavidad primero y dureza después.
A modo de introducción al trabajo que desarrollaremos esta temporada y con ánimo de que la lectura y divulgación de este texto se refleje en el crecimiento personal de nuestros jugadores a través del trabajo diario de padres y dirigentes del club, les hemos ofrecido estas líneas. En nombre de la junta directiva y de los integrantes del club: ¡BIENVENIDOS A ADFC PADRE ANCHIETA!
Mansedumbre es la virtud que modera la ira y sus efectos desordenados.
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Biografía
Campo de fútbol Juan Manuel Mesa Rguez. Dirección: Calle del Cabildo s/n. CP 38206. San Cristóbal de la Laguna – Tenerife La Laguna
Teléfono: 922 255 541 Móvil: 618 431 863 |
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