Los Veteranos da la ADFC Padre Anchieta vencen en la tanda de penaltis a los del CD Tenerife, pero el verdadero triunfo se lo llevó Sonrisas Canarias, que dispondrá de más de 500 kilos de comida para repartir entre las familias más necesitadas

ADFC Padre Anchieta | La Laguna
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Un triunfo en la tanda del penaltis de los Veteranos de la ADFC Padre Anchieta sobre su homólogo del CD Tenerife, después de un empate a dos en el tiempo reglamentario, puso fin a la campaña de recogida de alimentos llevada a cabo por el Club a lo largo del último mes, aunque el verdadero triunfo se había producido ya antes de iniciarse el encuentro, cuando las cajas depositadas en las oficinas de la entidad acumulaban más de 500 kilos de comida para que la ONG Sonrisas Canarias reparta entre muchas familias que gracias a estas donaciones podrán celebrar una esperanzadora Navidad.

De esta manera, los responsables de Sonrisas Canarias se sientieron más que satisfechos por esta altruista labor del Club, puesto que con los alimentos recaudados se garantiza que todas aquellas familias con las que normalmente colabora dispondrán de alimentos suficientes con celebrar la Navidad.

Pero esta jornada, además de esta gran alegría solidaria, también en lo estrictamente deportivo los veteranos de la ADFC Padre Anchieta brillaron a gran altura, puesto que después de ir perdiendo por dos tantos a cero, no sólo fueron capaces de igualar la contienda sino que, además, en la tanda de penalti fueron capaces de superar a un rival que, pese a los años, demostró que la calidad aún permanece.

No obstante, en un jornada caracterizada por los gestos solidarios tanto del Club por su iniciativa, como por la colaboración de padres y aficionados que se dieron cita en el Juan Manuel Mesa, el triunfo resultado final algo meramente anecdótico, independientemente de que los jugadores de ambos clubes hicieran todo lo posible por ganar sobre el terreno de juego, puesto que lo verdaderamente importante y el momento de máxima alegría se produjo en el momento en que los dos furgones, repletos de alimentos, partieron del recinto lagunero hacia sus almacenes de reparto.